Lucía

Lucía

sábado, 23 de enero de 2016

I go back to December all time.

Me gustaría que volvieras a ser como eras antes, volvería a diciembre para cambiar las cosas pero no puedo. Fue raro verte de nuevo, y en parte no es que eche de menos tu compañía, pero tú derribaste mi muro, aquel que me protegía y hacía que fuera cerrada emocionalmente, que hacía que no echara tanto de menos los mimos y el amor, y ahora aquí estoy, echándolos de menos (echándote de menos, porque tú me los dabas) Y no puedo hacer nada, porque sudas, todo te da igual.

YO TE DOY IGUAL.

¿En qué hora deje que entraras? No es que te necesite para ser feliz, pero por primera vez en mucho tiempo, había apostado por alguien, y pensaba que podía volver a enamorarme. Que alguien se podría enamorar de mi, pero ya veo que yo no soy ella.

Hablas de un futuro cuando lo importante es vivir el presente, dices que no querías besarme por darme falsas esperanzas cuando me hablas de un futuro. Y sin tacto me sueltas lo de la chica esa.

GRACIAS.

Por demostrarme que soy mejor persona y que merezco a alguien mejor que tú. Puede que ahora te eche de menos, pero el tiempo te acostumbra a todo, mientras yo realizaré cosas que me gustan y que me hagan sentir llena, volveré a los entrenamientos, me sacaré la carrera, estudiaré inglés y música y por supuesto VIVIRÉ EL PRESENTE Y DISFRUTARÉ DEL MOMENTO. Porque para eso está la vida para vivirla y dejarse de pasados y futuros.

TEN POR SEGURO QUE SI ERES PASADO Y NO PRESENTE, NUNCA PODRÁS SER FUTURO.

Con mucho cariño: tu ex.



viernes, 22 de enero de 2016

Nothing lasts forever. Someday when you leave me, I bet these memories follow you around.

Es increíble lo deprisa que pasa el tiempo, y lo que éste nos enseña. Nunca me habría imaginado que podría llegar a estar donde estoy, es decir, en la universidad. Nunca me habría dado el valor suficiente como para llegar a pensar que merecía la pena. Después de 5 años desde que tengo este blog, me he dado cuenta de lo que madurado de un año para otro. Quizás sean las circunstancias, pero con 20 años me he vuelto a sentir como cuando tenía otra vez 17 - 18.

Y esto se debe en parte a que durante casi 3 años he tenido un muro que evitaba todos los golpes, que evitaba que me enamorara, y que creyera que alguien me pudiera querer a mi, después de pasarlo tan mal a finales del 2013, decidí cerrarme emocionalmente y hacer que nada me afectara, hacer morir a aquella persona que tanto daño me hizo y me volvió fría, no pensar en la idea del amor e intentar quererme más a mi misma mediante objetivos que iba cumpliendo poco a poco y con mucho esfuerzo cuando nadie creía en mi.

A pesar de todo, conseguí todo lo que me propuse en el año 2014 y eso me hizo sentir realizada, me hizo quererme y tener autoestima. Sin duda alguna el año 2014 lo podría describir con el año en el que me encontré más a mi misma, en el que cumplí un montón de objetivos que JAMÁS hubiera imaginado que podría llegar a conseguir.

El año 2015, con 19 años, comenzó MUY BIEN, jamás me había querido tanto, tenía por primera vez en mi vida un grupo de amigos con los que salir, era la primera nochevieja que salía por ahí, me hice mi primer tatuaje que posee mucho significado para mi y ya estaba más que acostumbrada a la soledad, tanto que aunque tenía a chicos queriendo ser algo mío yo me negaba por miedo a volver a enamorarme, corrijo, por miedo a que me volviesen a hacer daño. Y decidí tirar por el camino más "fácil" el de "sólo somos amigos" y la verdad es que me vino bien porque no me enamoré de ninguno, era libre y era feliz siendo así, estaba en lo más alto. Pero durante el verano, las cosas se empezaron a torcer, ya no era todo igual, el grupo de amigos se iba separando, yo estaba muy agobiada con el tema de la selectividad, la nota de corte y la universidad,  y aunque el grupo de amigos se iba manteniendo, ya llegaba a su fin. Me sentía idiota por tener que irme a otra comunidad autónoma a estudiar, por que eso significaba que no era "apta" para estudiar aquí, donde están las mejores universidades de España. Pero a pesar de todo, debía de dar las gracias de que iba a la universidad y de poder decir que soy universitaria.  Y luego en septiembre, vino él. Yo que no quería nada porque estaba demasiado a gusto, y seguía teniendo miedo, no quería sentir nada hacía nadie, ni complicarme la vida. Y conseguí resistirme un tiempo, pero luego eso no se pudo remediar, y al final acabó pasando, él me gustaba. Y aunque tenía miedo, no me demostraba las cosas con palabras sino con hechos, no le daba vergüenza cogerme de la mano por la calle, ni presentarme a sus amigos y familiares, y lo que más adoraba de él, se preocupaba por mi y era muy cariñoso. Me sentía muy extraña, no me acostumbraba a estar otra vez con alguien y lo único en lo que podía pensar es en el por qué estaba conmigo. Durante un tiempo me invadía el temor de que yo era una herramienta para sacar un clavo, es decir, para olvidar a su ex novia, pero le veía feliz y dejé de preocuparme. Y el 19 de diciembre del 2015, me dijo adiós, y mis temores volvieron. A pesar de que el año había empezado muy bien terminó siendo una mierda con mi madre en el hospital, otra vez recién operada y con este tema comiéndome la cabeza. Lo único bueno que conservo del mes de diciembre son ELLAS y su regalo insuperable, SU AMISTAD.

Hoy a 22 de enero de 2016, después de verle ayer y estar sin verle desde el 18 de diciembre, mis temores se confirman, era una herramienta para sacar un clavo del corazón. Ya es la segunda vez que me pasa y me pregunto si de verdad me merezco ser la herramienta para sacar ese clavo, no digo un clavo, porque nunca nadie se ha enamorado de mi. Me siento mal porque al ser la herramienta significa que yo no soy especial, ni lo voy a ser. Me pregunto qué tendrán las otras chicas que no tengo yo. Y por qué me utilizan para olvidarse de ellas, yo no hice eso, deje morir al clavo y lo hice yo sola sin tener a nadie a mi lado.

Ahora sólo quiero volver a realizar cosas y proponerme objetivos para poder volverme a sentir bien conmigo misma y olvidar este tema.

Andrea, por si alguna vez lees esto, conserva la nota que te escribí a Word el 8 de enero de este mismo año, porque es posible que no la llegues a leer nunca.